domingo, 28 de abril de 2013

Donar Sangre Es Vida



...Con una vez no no es suficiente


Hoy me gustaría hablaros de algo que, directamente, no tiene que ver con la psicología pero sí con la salud en general.
El viernes, día 26 de abril, tuve mi primera experiencia como donante de sangre. 

Me encontraba en casa pasando unos apuntes de genética a limpio, cuando de repente pensé: ¡Pero si yo no se cual es mi tipo de sangre!. Entonces me levanté del sofá y fui en busca de mi partida de nacimiento dónde, curiosamente, también aparece que padecí la varicela a los 3 años. 


En la primera página encontré, a parte del peso y mis medidas al nacer, el tipo de sangre. Resulta que soy 0 negativo, también llamados donantes universales. Eso significa que todo el mundo puede recibir mi tipo de sangre, pero nosotros sólo podemos recibir de los de nuestro mismo grupo. 

En ese instante pensé: ¿y porqué no te haces donante?. Así que volví al ordenador y busqué cuando venía el autobús para donar sangre, ese autobús que más de una vez había  visto en la plaza de mi pueblo. Para mi sorpresa, leí que se encontraban allí desde las 17:00 hasta 21:00 de ese mismo día.  

¡¡Estaba de suerte!! Sin pensarlo dos veces cogí las llaves del coche y me fui en busca del autobús.  

Cuando llegué me hicieron rellenar un formulario, pues siendo la primera vez que donaba no me tenían registrada en la base de datos, así que con mucho gusto contesté a lo que me preguntaban. 

En cuanto acabé, el médico me tomó la tensión y  me preguntó unas cosillas de rigor  -si había viajado a centro América, si me habían operado de algún órgano vital - y me hicieron tumbar, para proceder al pequeño pinchazo. El proceso no duró más de 10 minutos y fue indoloro total. 

La verdad es que la sensación de satisfacción que sientes al realizar una acción con la que sabes que puedes salvar vidas no tiene precio ninguno. 



Por lo tanto, lectores, si tenéis oportunidad de ir  a donar sangre no dejéis de hacerlo, las acciones altruistas, al fin y al cabo, son las que nos humanizan. 

Os animo de corazón a que experimentéis la sensación de poder ser útiles y ayudar a gente que realmente lo necesita. Como ya habréis leído, no fueron más de 10 minutos de proceso y la satisfacción, al bajarte del autobús, es indescriptible y eterna. 

Hoy ha sido el relato de una experiencia personal, y espero que sirva para animaros a haceros donantes de sangre. Sin más preámbulos os deseo que acabéis de tener un feliz domingo a todos/as.



3 comentarios:

  1. Bravo por ti, a la próxima vamos juntas!!

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    1. Me hace mucha ilusión que comentes jejeje y si vamos juntas!!!!!

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  2. Ale! Ya lo he experimentado, cuando leí tu post creo que no me paré demasiado en eso de que son 10 minutillos, o quizá pensé que todo el proceso (test, tension y pinchazo) eran los 10 minutos. He estado casi una hora!! me he mareado...todo un espectáculo! Pero sin duda ha valido la pena:) un abrazote!

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